jueves, 5 de noviembre de 2009

Indignación portatil

Hoy, en una reunión de ciclo (secundaria), no he tenido más remedio que reírme, supongo que por el cosquill
eo que la saturación en mi límite de indignación me ha provocado.
Lo cierto es que mi risa no ha tomado el protagonismo, que en otra situación, seguramente hubiese tomado, puesto que se ha visto diluida entre las carcajadas del resto de mis compañeros y compañeras tras la lectura de un (típico) mail en cadena que un compañero ha realizado, mofándose de la situación actual respecto a las innovaciones y adaptaciones tic.

Frívolo texto que se ironiza el tema referente a los portátiles dados en primaria y la poca productividad que estos aportarán al desarrollo de las clases. El texto narra diferentes situaciones en las que este recurso es ninguneado y relegado a un simple objeto inservible que se rompe, se cae, presenta problemas de espacio, mal uso y demás situaciones que parten, como no, del la falta de valoración del propio profesor-a.

Sinceramente me indignó aquel texto, porque en el fondo servía de regocijo a aquellos profesores y profesoras que no querían adaptarse a las actuales necesidades que requerían sus alumnos y alumnas y que pretendían posicionar la actividad educativa en una cómoda retaguardia social, desfasada y anquilosada y lo que era peor, que en el fondo les molestaba que otros u otras no se manifestasen en esa posición.
Todos ellos y ellas se reían jocosamente, ratificándose en sus sedentarias posturas, jactándose de sus actitudes frente al tema, y tomando aquel  simple mail como “palabra de Dios” que reafirmaba todos sus principios y puntos de vista. Y todo, basado en un texto que no hacía, en el fondo, más que mofarse de la incompetencia de los formadores frente a ese recurso, o por lo menos así lo interpreté yo.

Me indigna esta posición frente al tema porque en el fondo, y personalmente, creo que no se trata de criticar una medida política, ni protestar por las necesidades que deberían haberse cubierto antes de esta generosa dotación de recursos informáticos, ni nada por el estilo, sino que la disconformidad es más relativa a la ruptura de la comodidad metodológica.
El rechazo, en muchos de los casos y bajo mi punto de vista, responde a una “falta de ganas” por utilizarlos y por supuesto, lo que es más grave, por saber como utilizarlos.

1 comentario:

Victor Jose Barbero Vazquez dijo...

Es mejor pecar de moderno/s o de ser lo/ más vanguardistas de Europa, gastarse una milloná en portatiles mientras los techos se caen por humedades y los muebles se astillan del uso. Pero la cosa va así. En otros sitios se gastan millonadas pa enseñar a los chavales hacerse pajas!!Vergonzoso e incoerente.